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Dificultades al realizar una joya

diario   Dificultades al realizar una joyaAl diseñar una joya e intentar llevarla a cabo nos encontramos con dos dificultades básicas: saber calcular adecuadamente cuanta pasta de plata, en versión arcilla, necesitamos para hacer el proyecto deseado y lograr el efecto espejo.

Los sobres de 20 gr son los que más usamos en nuestras creaciones, pues hemos hecho cálculos y son los que mejor están de precio en el mercado (en relación a la cantidad que contienen). Así que lo primero que hacemos es calcular proyectos para 20 gr. Según la experiencia que tenemos hasta ahora, no hemos tenido resultados óptimos guardando la pasta de plata sobrante en un film de plástico transparente ni en la recuperación de la humedad que este producto necesita.


CALCULAR LA PASTA DE PLATA

Calcular la pasta de plata que es necesaria para rellenar un molde es más sencillo y se aprovecha toda la arcilla. Sin embargo cuando tenemos que estirarla con un rodillo la cosa cambia. Si utilizamos poca pasta de plata no queda lisa la pieza y con frecuencia queda algún hueco en el cortamasas. Y si usamos demasiada, la parte que nos sobra alrededor del cortamasas es mucha. Mientras la alisamos y cortamos para retirarla ya está perdiendo humedad y flexibilidad.

Cuando alisamos la pasta de plata con el rodillo usamos cartones de 1,50 cm que es lo que tendrá la pieza de profundidad. Si utilizamos los cortamasas que tienen alrededor de 3X3 cm cogemos unos 10 gr de pasta de plata para cada uno. Para los más pequeños (alrededor de 1,50 cm) utilizamos dos por cada 10 gr. Esto es orientativo, nosotros hemos tenido que hacer varias joyas para ir viendo esta relación.

EFECTO ESPEJO

Hemos visto que para conseguir ese efecto tan bonito, para lograr que sea tan brillante que se refleje el entorno en la joya, es vital que todo esté lo más perfecto posible.

La pieza debe estar muy lisa y con la humedad adecuada. Lijar los bordes y, especialmente, la superficie de la arcilla seca, hasta conseguir que sea aún más liso. Y volver a lijar y lijar variando las lijas de fina, a superfina, ultrafina y microfina una vez cocida la pieza. El bruñidor que da un brillo muy intenso es más práctico para pequeñas zonas, como los bordes, pues siempre deja algún rastro en superficies grandes. Rastros que sólo la lija consigue quitar, por lo que es como volver al paso anterior si cada vez que lo usamos dejamos pequeñas imperfecciones que hay que quitar lijando… El abrillantador en crema es el paso final, pero no sirve de mucho si no se ha lijado lo suficiente.

A nosotros nos está costando ver qué sucede cuando no se consigue el brillo espejo en toda la superficie. Sin embargo todo apunta a que no se ha lijado lo suficiente. De momento seguimos haciendo pruebas. ¿Alguna sugerencia?


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